Hoy en día los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, y difíciles de ignorar. Probablemente, hablamos del mayor obstáculo que como humanidad debamos combatir.
Y aunque las consecuencias de nuestras acciones son evidentes, como el incremento de temperatura, la polución en las capitales del mundo o el alza de los mares, ¿sabías que el cambio climático, también puede repercutir en la fertilidad del hombre?
Tanto en plantas como en animales, la gametogénesis, evento por el cual las células germinales se convierten en gametos, puntualmente espermatozoides y óvulos, es un proceso particularmente sensible al estrés dado por variaciones de temperatura.
Se sabe que, en la gametogénesis masculina, el incremento de temperatura afecta este crítico proceso, dando como resultado, cambios observables en los espermatozoides como:
- Menor número de células espermáticas
- Morfología anormal de los espermatozoides
- Disminución clara en su movilidad
Estos son parámetros valiosos que ayudan a determinar la capacidad fecundante del espermatozoide, no sólo del ser humano, sino de muchas especies diferentes.
Por todo el mundo se registra un alza en la temperatura, llegando incluso, a los 54º C en algunas latitudes de medio oriente. En México únicamente, los meses de abril y mayo de 2019 fueron registrados como los más calurosos en los últimos cuatro años.
Recordemos que los testículos se encuentran fuera del cuerpo para mantenerse a una temperatura ligeramente menor, y de esta forma, optimizar la producción de espermatozoides, así como su vitalidad.
Puntualmente para el hombre, la temperatura corporal óptima se encuentra alrededor de 37º C, mientras que los testículos están a 35º C o 36º C. Ahora imagina con nosotros, que sucedería bajo un día radiante, con el sol en su punto más alto y un calor incontrolable nunca antes registrado.
No sólo nuestro planeta y su vasta biodiversidad se encuentran azotados por el cambio climático, la fertilidad masculina también.
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